Primero, es importante entender qué componente controla el control de velocidad del extrusor. El núcleo de un extrusor es el tornillo, que actúa como una cinta transportadora. La materia prima es impulsada hacia adelante por la rotación del tornillo, mezclándose, fundiéndose y dándose forma simultáneamente bajo alta temperatura y presión. Por lo tanto, el control de velocidad implica principalmente controlar la velocidad de rotación del tornillo, como el número de revoluciones por minuto (generalmente en r/min). Además del tornillo, algunos extrusores también controlan la velocidad de alimentación, la velocidad a la que se agrega materia prima a la máquina. Esto se coordina con la velocidad del tornillo para evitar la acumulación excesiva de material que podría obstruir la máquina, o la falta de material que podría hacer que el tornillo gire en vacío.
Segundo, el control de velocidad no se trata de ajustar arbitrariamente la velocidad; se trata de adaptar la velocidad a la demanda. Por ejemplo, al producir tuberías de plástico, si el tornillo gira demasiado rápido, la materia prima permanece en la máquina durante muy poco tiempo, lo que resulta en una fusión insuficiente antes de la extrusión y causa burbujas y grietas en las tuberías. Girar demasiado lento, por otro lado, conduce a una baja eficiencia de producción, lo que resulta en una producción mínima por día. Por lo tanto, el control de velocidad debe determinarse en función de las características de las materias primas: los materiales más duros pueden requerir una rotación del tornillo más lenta para permitir suficiente tiempo para la molienda y la fusión; los materiales más blandos se pueden procesar bien con una rotación más rápida. Es como amasar masa: la masa dura necesita más amasado (velocidad más lenta), mientras que la masa blanda se puede amasar más rápido para formar la forma deseada.
Además, el control de velocidad debe ser "preciso y estable". Los extrusores modernos tienen "sistemas de control de velocidad" dedicados, que no dependen del ajuste manual por tacto, sino que utilizan motores y controladores para controlar con precisión la velocidad de rotación. Por ejemplo, si el tornillo está configurado para girar 50 revoluciones por minuto, el sistema lo estabilizará a esa velocidad, evitando cambios repentinos. Si la velocidad fluctúa, los productos extruidos tendrán un grosor inconsistente, por ejemplo, los gránulos de alimentación pueden ser grandes o pequeños, y las tuberías de plástico pueden ser gruesas o delgadas, lo que los hace inutilizables. Por lo tanto, el control de velocidad del extrusor se trata de "establecer el ritmo correcto" para la máquina, asegurando que cada paso proceda de acuerdo con las reglas, garantizando la calidad del producto sin perder tiempo ni materias primas.
![]()
![]()
Sobre nosotros
Visita del cliente
![]()
Certificado de honor
![]()
Persona de Contacto: Fiona
Teléfono: 86 19913726068